A veces es difícil expresar de manera directa lo que uno quiere. O quizá solo crecí en Latinoamérica.
Llegué a esta conclusón, el otro día fui a ver una obra de teatro porque mi amiga participaba en ella. En la fila para entrar al evento me encontré con un colega dutch y, aunque no somos cercanos, estuvimos platicando un rato y hasta nos sentamos juntes.
Al terminar la obra yo esperé afuera del teatro a mi amiga. Planeaba invitarla por unos drinks en el Sam Sam. El colega dutch, que lo vamos a llamar Jeroen, seguía platicando conmigo. Y aquí fue donde me empecé a sentir un poco incómoda pero no sabía cómo zafarme de él.
Le comenté de los planes que tenía con mi amiga, a lo que él me preguntó “¿Está bien si me les uno?”
Y esa era la oportunidad para utilizar las herramientas de comunicación asertiva que aprendí en terapia y decirle algo así como “Tal vez en otra ocasión porque tengo tiempo que no veo a mi amiga y me gustaría platicar solo con ella”. A lo que seguramente Jeroen hubiera dicho “Ok, nos vemos después, que se diviertan” y se hubiera ido a su casa a cenar a las 6 p.m.
Pero no, lo que hice fue decirle algo así como “ah pues no sé, déjame ver, mmm yo creo que sí, sí pues está bien no hay problema”.
Pero sí había problema. El problema era mi inseguridad para comunicar claramente lo que quería en ese momento, porque si algo aprecio de los dutchies es que uno puede expresarse sin temor a “hacer sentir mal”, o que las personas “se sientan rechazadas”, o cualquier otro daño colateral causado por decir lo que uno quiere o piensa.
Somos producto de nuestro contexto. Nada nuevo, pues uno va imitando los comportamientos en los que se socializa. Y en mi caso era considerado brusco el decir lo que piensas o sientes de verdad. Para no causar molestias. O de nuevo, siempre pensando en el otro antes que uno mismo. Lo cual no me parece algo negativo, pero un balance sería más saludable. ¿Por qué sería una incomodidad el expresar lo que quieres? Creo que si se comunica de una manera asertiva, las personas entienden y hasta se agradece la honestidad.
Todo esto suena muy bien en teoría, pero en la práctica todavía me es difícil. Cuesta desaprender y aprender nuevos códigos sociales. Después de vivir 5 años en los Países Bajos empiezo a compartir aspectos culturales. Y sí, los dutchies son directos, pero funciona para los dos lados, yo también puedo ser directa. Y ustedes también, así como decimos en México cuando queremos decir lo que uno quiere, “al chile”.